martes, 3 de enero de 2012

Parque Genoves









Parque Genovés.- se daba y da este nombre de campo en esta ciudad a los trozos del recinto de la plaza. Estos campos tenían diferentes nombres según los sitios, los llamados de la Bomba, de Santa Catalina, del Hospicio y de la Caleta, fueron unificado bojo un solo nombre en 1855, dándosele el de las Delicias.


                El de la Bomba tomó este nombre de una para la extracción de aguas, allí establecida, después se le dijo de los Cuarteles, cuando se edifican estos; entre ellos y parte de compás de Santa Catalina, se formó a mediados del siglo XVIII un paseo, después  que desaparecieron vallados y huertos abandonados  que fue el llamado del Perejil, nombre vulgar que el vulgo ridiculizó, por lo raquítico de su arbolado, a pesar de ello servía de esparcimiento para los vecinos y principalmente para las gentes joven. También acudían muchas personas a contemplar la brecha de la muralla que existía a principios del siglo anterior, formando un pintoresco barranco que llegaba hasta el mar y hacía las delicias de los muchachos, que bajaban hasta aquel, y donde limpiaban las ollas del rancho los soldados de los cuarteles próximos. En el plano parcial de la capital de Cádiz, de D. Francisco Coello, aparece la muralla destruida en una gran parte, su separación tardó muchos años.


                En 1854, afligida la ciudad por la epidemia colérica, se transformó el perejil en un hermoso paseo, con frondoso arbolado y jardín a su fondo, a cuyo paseo se le dio oficialmente de la Delicias, al que se agregó el apellido de Martínez, en recuerdo de su iniciador. Posteriormente, en 1863 ampliaron los jardines, si bien en actas de 1857 aparece que se trata de la demolición del jardín de Columela, como le decía por existir en ellos una mala estatua de ese insigne hijo de Cádiz. Este jardín sufrió diferentes reformas siendo alcalde don José de la Viesca, en 1875-76, se colocó una lujosa verja y se aumentó el exterior. Una pequeña parte del hermoso parque Genovés pertenece a este jardín. Las tres araucarias que existen distanciadas a la derecha como son jalones que, delimitan las antiguas líneas del jardín. Frente a él existió un ancho paseo con cuatro hileras de árboles, que llegaban hasta muy cerca del segundo de los polvorines que existían; el primero estaba por dentro de la alineación de la verja dejándolo algo separado de este.


                La velada de Nuestra Señora de los Ángeles, que tanto renombre dio a esta ciudad, acreditando el buen gusto de los gaditanos, se estableció y tomó carta de naturaleza en este extenso paseo. Esta velada tuvo su origen de otra de las grandes festividades de Cádiz, el de las solemnes fiestas del  Corpus.


                Nombrado alcalde don Juan Valverde, en 1861, para dar mayor realce a la velada del Corpus y atraer más concurrencia de forasteros, los festejos se prolongaron hasta la octava, aumentando el exorno de la carrera con casetas, cafés, tiendas ambulantes etc. que se instalaban en la plaza de Isabel II y calle de la Aduana, no hay que decir que el excito superó a la idea.


                Transcurrido algún tiempo, lo estrecho del lugar donde esta velada se celebraba (antiguas pescaderías) hizo pensar en otro más amplio, acordándose en 14 de Mayo de 1868 todos los pormenores de la nueva velada, que hizo su primera aparición en el paseo de las Delicias, al año siguiente, con el más refinado buen gusto y espléndida iluminación, mejorándose de año en año sus menores detalles. Dos causas contribuyeron a su decadencia; la enormidad de sus gastos, que fueron en aumento progresivo, y las separaciones injustificadas del público que se aglomeraba en determinado lugar, dejando el resto del paseo en la mayor soledad, sin que tampoco quisiera ocupar las galerías o casetas que para su comodidad y esparcimiento le ofrecían los centros oficiales, sociedades de recreo y aun particulares.


                Hay que rendir un tributo de justicia al activo y honrado mayordomo de la ciudad don Juan Garratón y Blanco, alma de todos estos festejos.


                La decadencia de la velada, y el deseo de que Cádiz disfrutara de un gran paseo, produjo al ilustre político don Eduardo J Genovés, la idea de formar un parque como existen en otras ciudades, empezando su construcción sobre la base del antiguo jardín y paseo; pero al surgir un incidente con Ramón Guerra, hace aquel enérgico político que telegráficamente viniera nueva Real Orden ampliando los terrenos perdidos por el municipio, lo que dio origen al llamado bosque, hoy unido al parque.


Esta importante mejora se inauguró en 1º de Agosto de 1892 e inmortalizó el acuerdo el Sr. Genovés que tanto trabajó por el bien de su ciudad adoptiva.


                En 1901 resurgió la velada dentro del magnifico cuadro del parque, y como se disponía de nuevos elementos, antes no conocidos, el resultado fue brillante, aunque más modesto que la primitiva pero poco a poco fue desapareciendo esta fiesta. D. Eduardo Genovés y Puig, era de Valencia, llegó a Cádiz de niño, fundó el periódico  la voz de Cádiz, fue nombrado cuando la quiebra del Banco de Cádiz, falleció el 18 de Julio de 1897.



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